Promotoras: un modelo comunitario que tiene garra — y corazón
June 11, 2020 Category: Featured, Long, PurposeDisclosures
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Si el 16 por ciento de todos los latinos que viven en los EE. UU. carece de seguro de salud, y el 42 por ciento no consulta regularmente a un proveedor de atención médica, y más aún, si la comunidad latina en general desconfía de los profesionales médicos, ¿se imagina lo difícil que será proporcionarle información, atención de salud y asegurarse del bienestar de los miembros más marginados de esta comunidad?
Muchas comunidades latinas en los Estados Unidos dependen de las promotoras de salud para asegurarse que los inmigrantes, la gente de clase trabajadora, y las personas que no hablan inglés no se encuentren sin atención médica en sus comunidades.
Las promotoras son trabajadoras de salud comunitarias que realizan actividades de alcance a muchos niveles: hacen visitas al domicilio, organizan eventos y clases, y a veces, abren espacio para reforzar un sentido de comunidad más allá de cuestiones de salud.
Según CREA Results, un centro de investigación y recursos para latinos, los latinos tradicionalmente enfrentan varias barreras sanitarias en los Estados Unidos, incluyendo la desconfianza, la falta de transporte y la falta de seguro médico.
La falta de proveedores de atención médica de habla hispana también es un gran obstáculo para las comunidades latinas, dijo Allison Squires, profesora asociada de enfermería en la Universidad de Nueva York, quien fue coautora de un reporte sobre el modelo de las promotoras.
“No tenemos suficientes proveedores de atención médica hispanohablantes en los Estados Unidos, punto y aparte”, dijo Squires. “Una de las cosas clave que brindan las promotoras son esas habilidades de interpretación lingüística y cultural”.
La mayoría de las promotoras son miembros de sus comunidades a largo plazo y tienen la confianza de sus vecinos, a diferencia de los proveedores de salud que llegan de fuera y tienen que ganarse el respeto de la comunidad. También, como las promotoras son parte de la comunidad, brindan información de salud y bienestar de forma gratuita, o a precio reducido, que significa que sus servicios son accesibles para aquellos que no tiene acceso a otros servicios sanitarios, por ejemplo, los inmigrantes indocumentados a quienes se les niega seguro médico por parte de Medicaid o la Ley de Asistencia Asequible (ACA, por sus siglas en inglés).
Las promotoras ayudan a las personas de su comunidad a mantenerse al día con los medicamentos, se aseguran que la gente asista a sus citas médicas, y además pueden contestar preguntas específicas sobre los tratamientos.
“Son muy útiles para hacer lo que yo llamaría monitoreo de triaje”, dijo Squires. “Eso le da a las promotoras una entrada cultural que muchos profesionales de salud podrían no tener”.
La organización de salud pública Visión y Compromiso, en California, dice que el modelo de las promotoras es un “servicio de corazón”, una característica que, según la organización, las diferencia de cualquier recurso de cuidado de salud externo. National Latina Institute for Reproductive Health (el instituto nacional latino de salud reproductiva) dice que las promotoras son personas con don de gentes, amigables, y que saben escuchar.
Matthew O’Brien, profesor asociado de medicina y medicina preventiva en la Universidad Northwestern, dijo que debido a sus buenas habilidades sociales y comprensión cultural, a menudo las promotoras pueden ayudar a las personas de una manera que los proveedores de atención médica convencionales no pueden.
“Como médico, paso siete minutos hablando con la persona”, dijo. “Las promotoras son parte de las comunidades a las que sirven y realmente entienden los problemas de la comunidad. Es un tipo de relación más afectuosa y personal”.
Las promotoras también abogan para obtener más y mejores recursos para las poblaciones a las que sirven y brindan información sobre cómo contactar a legisladores y políticos.
“Muchas de las personas que gravitan hacia este papel ya son líderes de la comunidad y tienen muchas conexiones en organizaciones sin fines de lucro”, dijo O’Brien. “Naturalmente, es un grupo de personas a las que les apasiona mejorar su comunidad y muchas de ellas también están interesadas en el cambio a un nivel de política”.
“Eso es algo que me encanta del modelo de promotora”, agregó O’Brien. “No depende del médico ni del sistema de salud de la torre de marfil. En realidad, está empoderando a las comunidades para abordar sus propios problemas de salud “.
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Pasa de América Latina a las comunidades latinas de los EE. UU.
El modelo de las promotoras ha sido un elemento básico en América Latina desde la década de 1950, cuando se originó como una manera para que las mujeres pudieran consultar con otras mujeres de confianza para obtener información sobre la salud reproductiva, según NLIRH.
En las décadas de 1980 y 1990, muchos países latinoamericanos salían de luchas civiles y otros conflictos. Los trastornos políticos y civiles provocaron desorden y una falta de estabilidad en muchos países. Es en ese ambiente precisamente en que empieza a prosperar el modelo de promotoras y otras iniciativas de salud basadas en la comunidad, dijo Steven Larson, un profesor de medicina de urgencias en la Universidad de Pensilvania, quien estudia la salud en las comunidades latinoamericanas.
“Tenías a estos médicos, enfermeras y proveedores sanitarios entrenados en medicina occidental, que no tenían los recursos acostumbrados”, dijo. “Obviamente no había seguridad, porque era una guerra y se encontraban en el frente. Lo que tuvieron que hacer es dejar de pensar en la atención médica de manera convencional y occidental, y regresar a lo más básico.”
Ahora, las promotoras son una parte casi omnipresente del sistema de salud latinoamericano, dijo O’Brien, quien fue el coautor del reporte con Squires cuando era profesor en la Universidad de Temple. En las regiones de bajos ingresos, invertir en médicos es costoso, por lo cual países como Cuba contratan promotoras, que han resultado ser una alternativa extremadamente efectiva.
Ya en la década de 1960, las promotoras comenzaron a trabajar en los Estados Unidos, donde además de compartir información de salud general y reproductiva, difundieron información sobre enfermedades hepáticas, asma, diabetes y otros problemas de salud en los que los latinos enfrentan una tasa alta.
El impacto de las originales promotoras de salud reproductiva todavía se siente hoy en día. En los Estados Unidos, alrededor del 80 por ciento de los trabajadores de salud comunitarios son mujeres y, aunque otras comunidades usan modelos similares, aproximadamente un tercio de los trabajadores de salud comunitarios son latinos, según NLIRH. Planned Parenthood también continúa este trabajo con su propio programa de promotoras, que las capacita en todo el país.
La década de 1980 trajo un influjo de trabajadores agrícolas mexicanos a los Estados Unidos, y un período de prosperidad económica en los Estados Unidos en la década de 1990 amplió la necesidad de mano de obra en áreas urbanas en restaurantes y otros trabajos mal remunerados, dijo Larson.
“Esa es la comunidad latina de la que nos ocupamos”, agregó Larson, quien es el director ejecutivo de Puentes de Salud. “Ahí es donde intervienen las promotoras”.
Y su papel, dijo, es realmente valioso.
Al principio, el modelo se utilizaba principalmente en Texas y la costa oeste, donde las promotoras asistían a los trabajadores agrícolas migrantes o trabajaban en las ciudades con grandes poblaciones latinas, pero hoy en día las promotoras se encuentran en los 50 estados y Washington D.C.
Ahora, el modelo de promotoras se usa para aliviar otras barreras de información en las comunidades latinas, por ejemplo, Santa Ana College en California usa promotoras para ayudar a los padres de familia a preparar a sus hijos para los estudios superiores.
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Midiendo la eficacia del modelo
Se han realizado importantes investigaciones sobre el impacto de las promotoras en América Latina y más allá.
Las promotoras en el estado de Georgia (EE.UU.) mejoraron el acceso a los servicios de salud para el 75 por ciento de las personas con las que interactuaron, y los profesionales sanitarios informaron que pudieron brindar un mejor servicio debido a los esfuerzos de las promotoras, según un estudio realizado por la Universidad de Georgia.
En Arizona, una encuesta de padres latinos que asistieron a un taller sobre el abuso de alcohol dirigido por promotoras, mostró que los padres entendieron mejor las consecuencias del consumo de alcohol. y apreciaron la comprensión cultural de las promotoras. Esta encuesta se utilizó para recomendar una mejor financiación y más capacitación para las promotoras.
“Realmente hay una buena base de evidencia de que este tipo de programa funciona, y el modelo de verdad tiene garra”, dijo O’Brien.
Los Centros para el Control y Protección de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) también reconocen el modelo como una forma efectiva de difundir información de salud a las comunidades latinas. Los CDC incluyen a promotoras en por lo menos 10 iniciativas de salud para educar a la comunidad latina que vive en los Estados Unidos, abarcando temas como el virus Zika, el cáncer cervical y el colesterol alto, y aboga por el uso de promotoras para difundir información de salud en todo el país.
Las promotoras han sido especialmente efectivas actuando como un puente para el sistema de salud, agregó Squires.
“Cuando se hace bien, las promotoras son parte del equipo de atención médica”, dijo. “La clave es que estén integradas en el equipo de salud que incluye profesionales, administradores y defensores de pacientes”.
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Las promotoras en Filadelfia
Según el censo de EE. UU., más del 15 por ciento de la población de Filadelfia es latina y por lo menos unos 150,000 habitantes de Filadelfia hablan español. Este número está creciendo, y más de un tercio de los inmigrantes que viven en la ciudad son de Centro o Sud América, según Pew Charitable Trusts.
Varias organizaciones locales emplean el modelo de promotora. La sede local de la Asociación de Alzheimer (“Delaware Valley Chapter”) que mantiene oficinas regionales en el sureste de Pensilvania, Delaware y el sur de Nueva Jersey, tiene promotoras voluntarias que realizan actividades de divulgación educativa sobre el alto riesgo de demencia en los latinos de tercera edad.
En esta serie de cinco artículos bilingües, Generocity analizará dos organizaciones de Filadelfia que usan el modelo de la promotora: Puentes de Salud, la organización comunitaria cofundada por Larson y O’Brien que proporciona recursos de salud y educación para la población latina del sur de Filadelfia, y Nuevo Movimiento Santuario, un grupo de defensa de los inmigrantes que, en lugar de información sobre salud, utiliza a ‘promotores de justicia’ para abogar por la comunidad, mejorar los recursos para los inmigrantes de Filadelfia, y proporcionar capacitación en el desarrollo de liderazgo comunitario.
Nuestra serie de artículos examinará, en particular, cómo estas organizaciones están adaptándose a los impactos específicos de la pandemia de COVID-19 en las comunidades latinas de Filadelfia; cómo han desplegado a las promotoras y con qué efecto; así como las formas en que la tecnología se está incorporando a las prácticas de las promotoras.
Además, la serie examinará cómo las fundaciones y las fuentes de financiación de Filadelfia han respondido a las necesidades de estas organizaciones sin fines de lucro, y como han medido la eficacia y el impacto local de estos.
Al finalizar la serie, veremos otros modelos basados en comunidades inmigrantes locales que, si bien son similares en su intención al modelo de promotora, han surgido de distintas tradiciones culturales y han sido moldeados por las necesidades específicas y la dinámica cultural de sus respectivas comunidades (africanas y asiáticas) en Filadelfia.